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CECILIA LOPEZ DE CELIS


 

 

 

Sólo ellos saben en realidad, lo que había pasado en Calarcá.

 




Al llegar al taller de mecánica sufrió un trauma mayor, un delirio de persecución que lo deprime.

 




Fernando a
brió de par en par la puerta, entró a la pieza afanado, se puso la camisa arrugada y encima se colgó un buzo con motas amarillentas que usaba desde su llegada a Bogotá.

 




El sol a esa hora es picante y cae sobre su integridad.
 Cortinas de nubes negras amenazan con caer. Al llegar frente al taller observa que Luis comienza a impartir órdenes.

 


 

¡Pobre gente!, se lamentó aferrándose fuertemente a uno de sus libros y sintió alivio al pensar que su destino ya está definido.

 




Hay pocas nubes en el cielo que está todavía azul y el aire sopla fuerte allá arriba, aunque aquí abajo hace mucho calor.




La madrugada fue apagando los malos recuerdos de Fernando. El mismo se oía el sonido de sus palabras, notaba la diferencia de este despertar.

 


 

Porque las palabras que había pronunciado hasta entonces, ya no las volvió a recordar ya no tienen ningún significado, no salen de su alma; se siente brillante; sin miedos, como se siente durante los sueños.

 




De repente la tarde se volvió gris en San Antonio. El salón de clases estaba oscuro y frío.

 






El profesor subió las gafas a su frente, cerró sus ojos azules y sobándoselos con los puños cerrados comenzó el mensaje filosófico.

 


 

En la calle se respira un ambiente hostil.

 




El crimen que comenzaba a aglomerar a miles de curiosos, en el caño del río Fucha donde flota un cuerpo sin vida, como consecuencia del fraude en las urnas, los integrantes del movimiento guerrillero ajustician selectivamente a quienes ostentan el poder. Nunca había visto un muerto, dijo Eduardo observando como Cecilia dobla su espinazo sobre el lavadero.

 




No puede explicarse por qué toda la gente estaba alrededor y ninguno hacia nada por sacarlo.

 


 

El cadáver estaba boca arriba flotando en la superficie del agua, vestido de paño gris a rayas, camisa azul y corbata roja.

 




Violentamente asesinado, rígido, inmóvil, abotagado, con protuberancias en la frente, los labios pálidos, el rostro macilento, con muecas de sufrimiento.

 




La gente dice que le dictaron la pena capital tras consultas con el pueblo.

 




Es una guerra entre los del brazo armado de la izquierda y los de la extrema derecha.

 


 

Esta es la guerra política, dijo Cecilia que termina de colgar la ropa en las cuerdas del patio.


Se apropiaron de la espada de Bolívar y van a matar a todos los opositores, gritó Eduardo recogiendo el balde del suelo y tomando a Cecilia del brazo la condujo a la cocina, en donde degustan el arroz con frijoles.

 




Allí está Fernando, pálido, callado, al lado de Cecilia, son inseparables. Se necesitan, se quieren, la enfermedad es compartida, se fundieron en su pasado.

 




Sufren mucho y no saben por qué, talvez de tristeza.

 


 

Había oscurecido y Fernando prefiere ver a su madre viva no muerta como la había visto en su último sueño.

 


Cecilia también le sirvió arroz con frijoles. Suspira mucho y cada suspiro es como un sorbo de vida que se le va.

Y aunque no había niños jugando, ni palomas, sintió como si estuviera en Calarcá.

 

Fernando comparte solamente el silencio.

Porque su cabeza está llena de ruidos y de voces raras.

De voces extrañas y aquí, donde el aire es escaso, se oyen mejor.

 


 

 

Se quedan dentro de su ser.

 


Se acordó de lo que le había dicho su madre en Calarcá Allá me oirás mejor.

 

Estaré más cerca de ti y encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que es la de mi espíritu, si es que alguna vez mi espíritu ha contactado con el tuyo.

 

Mi madre no está muerta sino viva, afirmó Fernando.

 

 

 

José Eduardo Celis López

 

 

 


 











CAPITULO II

AMORES CELESTIALES

 



 


 

 

 

Eduardo corre en el Parque Nacional, presuroso, un escalofrío recorre todo su cuerpo, cala sus huesos, da vueltas a la glorieta, mira por entre los árboles con ansiedad, busca por la orilla de la quebrada, hasta que no aguantó más y se desmoronó totalmente sobre uno de los asientos, con las piernas abiertas expuestas al sol.

 


 


 

Allí lo envío lázaro el amigo de Luis y su mejor cliente.

 
Nunca en su vida había tenido la experiencia de encontrarse con personas extrañas para hablar de negocios.

Ahí estaba un Señor Moreno, calvo, de rostro fresco quien le extendió la mano sonrientemente.

-¿Cuántos años tienes? Indagó.
Veinte años, voy a cumplir.

 


 


-¿Con quién vives?
Con mis padres y con mis hermanos.

-¿Que estudio tienes?
Soy bachiller, contestó Eduardo extendiendo el diploma.

 

El hombre revisó su contenido, se acomodó sus mancornas y el pisa corbata de oro y le dijo aquí está Ligia, con ella se va a entender de ahora en adelante.

 

Eduardo se impactó ante la presencia alegre y sonriente de la mujer. 

 

Ella sacó de su bolso de cuero un paquete de cigarrillos y se llevó uno a su boca de rubí, dejando escapar un bucle al aire.

 


 

 

 

En la tarde, Fernando sintió que está aturdido por el sonido del compresor y salió del taller presuroso a buscar tranquilidad en Casabianca.

 

Al entrar se encontró con su amor platónico.

Atinó mirarle con ternura sus ojos negros y hechiceros, su frente amplia, su preciosa boca, su pelo suave que cae sobre la espalda hasta la cintura de muñeca.

Sintió de cerca su aire de gitana con espíritu llanero.

 


 

Se sentó en un rincón de la cocina a tomar tinto con Cecilia, salió temprano del taller le dijo ella dando una mirada juzgadora por encima de sus gafas y cerrando la puerta le indagó sobre lo que le había ocurrido con Luis en el taller.

 

Fernando le contó que estaba muy aburrido con el trabajo en el taller y que no soporta los ruidos.

¡tomémonos otro tinto! dijo Fernando, para eso tengo a mi mamá viva!, exclamó con alegría.

 

 

Fernando habló de sus años en Calarcá y recordó lo feliz que pasó con sus tías en Pereira, me gustaría regresar dijo con nostalgia.

 


 

 

Cecilia también recordó a su querida Pereira, se pusieron de pie, sintieron alegría en su corazón y sonrieron.

 
Entraron a la alcoba tomados de la mano, como si se olvidaran de sus tristezas, entre tinto y tinto, miradas, sonrisas y mensajes subliminales, se regocijaron en una tranquila tarde.  

 

Al día siguiente Eduardo llegó temprano a la oficina de la Presidencia del Banco.

Se comprometió con la secretaria a traerle un paquete de bonos, para consignar en la cuenta bancaria. Aclarando que se debía entregar un porcentaje en efectivo.

 


 

De inmediato se iniciaron las diligencias y el intercambio de bonos por dinero en efectivo.

 


No estarás en el Banco solo para ganar dinero, le dijo Lázaro muy serio, sino para aprender la profesión y cuando ya sepas algo, entonces podrás ser gerente.

Por ahora eres sólo un aprendiz bancario; quizá mañana o pasado llegues a ser tú el jefe.

 

En el segundo piso se encuentra la oficina de Eduardo, cerca de la gerencia, en donde coordina las operaciones. 



 

Mientras tanto en Casabianca promediando la mañana Lucia se encuentra planchando y doblando ropa, de repente apareció Alberto quien la busca presurosamente.

 

Tan pronto se encuentran se funden en un abrazo y un beso, sin mediar palabras como nunca lo habían hecho.

 

Sellaron para siempre un amor infinito, por encima de cualquier consideración. Cecilia está feliz de ver a su hija feliz. Él era su luz y se convirtió en sombra y hecha sombra se marchó al olvido,
todo ese amor se quedó escondido en lo más recóndito de su alma. 



 

En una decisión insólita, Luis estuvo de acuerdo con que se normalizaran las relaciones de Lucia con Alberto, Luis les manifestó que tomaran la decisión, sin necesidad de consultarle.

 





Eduardo comienza una etapa exitosa, a partir del momento que empezó a trabajar con el Banco, no le volvió a faltar dinero en sus bolsillos.


Después de hacer oficio todo el día Lucia le dijo a Alberto suavemente. Te espero en el patio de la casa, para que hablemos de lo nuestro.

 


 

Allá en la parte trasera de Casabianca frente al lavadero, se encontraron ante una realidad preparada para la ocasión.

¿Qué es lo nuestro? Preguntó Alberto, cautelosamente.

 

Nuestro matrimonio, contestó ella levantando la voz al tiempo que lo apretó fuertemente contra su pecho.

 

De inmediato Alberto sacó de su chaqueta de cuero un fino estuche y colocó delicadamente una argolla de oro en uno de sus dedos y otra en uno de los suyos.

 


 

 

¡Salud! Dijo levantando la copa de champaña. ¡Salud! contestó Lucia.
Él era una luz y se convirtió en su sombra, una sombra que aún hoy la persigue.

 

Llovió toda la siguiente semana y en medio de la lluvia   nacieron amores imposibles y murieron amores posibles.



 

Una mañana de esas premonitoria en el Restrepo amarteladamente en la terraza se estrechan dos pardillos asustadizos.

Los flirteos alcanzaron a advertir la atención de los intrusos.

Cerca de la cocina lograron un galanteo trivial y al notar su presencia, bajaron el tono de su amorío.

 



A través de la ventana de la cocina se escucha la voz de Cecilia conversando con Fernando quejándose de la imprudencia e insensatez de Luis. Ella le dice que ya es hora de irse acostumbrando. 

Cecilia lo conduce al comedor debajo del cobertizo y con fascinación contemplan una cesta que contiene un ramillete de radiantes flores y azucenas de diferentes colores, brillantes, con tallos altos y verdes hojas.

Espectacular momento de satisfacción que les produce un entusiasmo profundo y los une en un espontáneo abrazo.

 


 

El suceso de esta mañana ha quedado plasmado en la base de la maceta que contiene el adorno floral.

 

Descubren una etiqueta con el membrete y rubrica propios de Amanda, que se adelanta de esta forma en la conmemoración del día de la madre, próxima a celebrarse.


Cecilia elogia el afecto de Amanda con este hecho trascendental. ¡Nunca me habían regalado flores! exclamó dichosa y feliz.




Como ocurría siempre, Cecilia mira el cuadro de las ánimas benditas y agradece en voz alta por los favores recibidos.

 


En el día de hoy era mucho lo que tenía que agradecer.

 

Seguidamente como por impulso Eduardo sacó de su dedo una argolla de oro que le perturba y la colocó delicadamente en el anular de Cecilia,
para sepultar la propuesta que tanto le atormenta.


Sabía que a Cecilia le gustan las joyas

y se fue al empotrado armario gritando soy libre no quiero casarme.

 


 

Esperaron a que terminara el rosario para que Cecilia sirviera la comida. A nadie más esperaban a esa hora de la noche.

 


Como siempre Fernando comía muy rápido casi sin masticar y al tiempo que manducaba los alimentos soltaba cortantes risas nerviosas. 

Este era un momento sosegado y apacible para compartir una bandeja paisa, oyendo a Cecilia recontar historias de su natal Pereira y en su largo peregrinaje por Calarcá.




Escampó después de las nueve de la noche. Todo está tranquilo en el Restrepo, Cecilia se esmera por atender a Fernando para evitar alteraciones de su personalidad.


Eduardo volvió a su cuarto y empinándose observa a través de la ventana el accionar retraído de la avecilla que inocente respinga en busca de calor paterno.

 

Aún no se percata de las consecuencias fatales que le esperan por el inminente destino.



La avecilla voló sin rumbo conocido dejando su nido abandonado.

 
Cecilia asegura que ya se aclimató al frio Bogotano, dice que en los últimos años han cambiado muchas cosas, Lucia es madre de dos niñas, Amanda funge como enfermera, Diego se encarga del taller y Ferney adelanta su vocación de jurisconsulto. Dice que ninguno se ha acostado con hambre, todos gozan de los beneficios de manutención de Luis. 

No importan las necesidades básicas, lo que en realidad los une es la tolerancia por los procederes de los demás. 

Es la misma historia de siempre, comentó Eduardo.



 


Si, pero Luis produce para todos sin que hasta el momento alguien se atreva a coger las riendas de esta casa, replicó Cecilia quien esconde sus piernas debajo de la mesa.  

 

Automáticamente Eduardo recoge del mesón dos recibos de servicios para hacerse cargo de su pago.

 

Esta es la primera muestra del compromiso que en adelante asumirá con su familia. 

Antes que Cecilia se esconda en la inmensidad de Dios, detrás de su Divina Providencia, donde ya no pueda alcanzarla ni verla y adonde no pueda volver a escuchar sus palabras, balbuceo Eduardo.







A través de la ventana penetran los aires armónicos de aquella hermosa avecilla de fino pico y pequeños ojos verdes que retoza encima del lavadero, ávida de afecto, galanteando abiertamente como si no advirtiera su destino infame.
En la terraza Fernando hace muecas como si se le desprendiera la cabeza. Fernando sufre de un movimiento sintomático producido por la contracción de los músculos del cuello.  
Y se encontró de pronto solo en la casa vacía.



 

La ventana de la casa abierta al cielo le permitió ir y venir de nuevo libremente como un espíritu.

 


Los huesos de su cara están forrados por un pellejo curtido por sus treinta años de existencia, de los cuales los últimos diez han sido marcados por una rara incapacitante y dura enfermedad.

No se supo nunca el verdadero origen de su enfermedad que lo tiene prácticamente enajenado.

 

Cecilia recuerda con perspicuidad el ataque de paranoia que tuvo esa mañana en Calarcá, dejando todo al sol y al agua, luego de patearlo con tosquedad y en la noche llegó calmado, como si no hubiera pasado nada armó de nuevo su aposento, comió y se acostó sosegado. 



 

El viernes Eduardo llegó a la taurina, esa noche estaba alborotada por las fiestas decembrinas, en un rincón se encuentran los Echeverry, famosos por sus intervenciones en asuntos ilegales, de lejos los saludó con una venia.

Eduardo se acomodó en la barra a degustar el néctar y la buena música.

 

 


 

La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco, hombres y mujeres gritaban alborozados. Ahí se encontró con Manuel su gran amigo de colegio y Carlos su hermano.  

 

Eduardo se entusiasmó por el buen ambiente y comenzó a cantar fuerte, tras el sonido de los altoparlantes.

 

Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna irrumpió Yudy, su gran amor que departía muy cerca, con su hermano Omar y sus sobrinas Yaneth y Liliana que estaba de cumpleaños.



 

Él se quedó mirándola, le llamaron la atención sus cabellos largos y sus ojos claros, tímidamente trató de tocarla, pero ella instintivamente retrocedió, para volverse a él presurosa.

 

Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente.

 

Desliza sus manos por toda su humanidad y su hechizo pelo, disfrutando cada instante de este encuentro inesperado y ahora se ubicaron en el centro de la pista, en un apretado baile sinigual.



 

 

Al término de la melodía, respiraban muy cerca, cara a cara, ella en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡no me beses! entonces como por instinto Eduardo la besó, sellando ahí este encuentro casual y definitivo.

 

Ella se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa.

De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista, inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo,

 



 

Absurdamente recibió el ataque feroz de cuatro bandidos, a medias logra repelerlos con una botella que trata de romper contra el filo de la barra.

 

La oportuna intervención de los Echeverry evitaron su linchamiento, lo defendieron y con revolver en mano repelieron el ataque.


Después de la media noche Eduardo regresó a la casa en compañía de los Echeverry. El menor de ellos, el más sagaz en el manejo de armas que lo convierte en un peligroso atracador nocturno, ladrón de bancos, maleante obstinado, le dijo lacónicamente ¡Cuídate mucho, diablo!, no te metas en problemas, cuídate hasta de nosotros.



 

En las penumbras estalló una carcajada. Hace presencia un fantasma envuelto en una sábana blanca que recorre la casa paterna en forma misteriosa. Eduardo se recogió en un rincón de la cama, pensando que se trataba de su hermano Fernando que había recaído en sus manifestaciones de excentricidad.


No es nada malo dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga más ofuscaciones.

 

 


 

Entonces Eduardo dejó la luz del cuarto prendida, sin duda su estado de intoxicación etílica le había jugado una mala pasada.


¡Téngale miedo a los vivos! gritó Luis.

 

Fernando se quedó quieto debajo de la escalera, sus ojos brillaban y su rostro dibujaba una sonrisa.

No se preocupe, dijo Fernando que observaba la escena de lejos, lo cierto es que un amigo vino a despedirse, cuando alguien muere, su espíritu sale del cuerpo y hace un recorrido, acotó gesticulando.



 


 

Eduardo lo miró perplejo, tenía la idea que el fantasma era su hermano, su mirada inalterable le producía espanto.
Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz. El espíritu perturbador termina su recorrido y la noche pasó volando.

 

Al otro día Cecilia está aseando la terraza y observa como una avecilla se asoma por encima del muro del lavadero, sonríe y guarda silencio. La observa a cada instante parece que le incomodara con su canto. La mañana se torna lluviosa y plomiza.

 


 


 

Por más que estuvieron muy cerca la una de la otra no fue posible que se tocaran sus corazones.

¡Qué haces! dijo Yudy en la mañana, al ver que Eduardo la seguía.

Era el primer día del noviazgo y
Yudy salió con sus dos sobrinas y las acompañó hasta la escuela, era muy temprano.

 


 

Yudy hace este recorrido con sus sobrinas todos los días, como también Eduardo estaba dispuesto a hacerlo mil veces y así se fueron conversando por la Caracas. hasta dejarlas en el salón de clases.

 

Entraron al planetario a tomar un café y se comprometieron totalmente.

Cuantas veces quise estar compartiendo mi vida con una persona tan bella, le dijo Eduardo.

 


 

Luego Judy quedó en la casa con Flor y Eduardo se introduce en un trolebus para llegar temprano a su trabajo en el Banco.

 

Pensando que ha encontrado la mujer ideal. la que más lo quiere después de su mamá.

 

En ese momento a Eduardo se le ocurrió pensar que ahora si estaba enamorado y que quería casarse con Yudy.

 


 

Pensó comprar las argollas de matrimonio, aun no tenía nada preparado, era muy prematuro pensarlo y hasta hace muy poco dijo que no se quería casar y que tenía toda la vida por delante.

 


Al otro día apareció Yudy en su casa y le dijo que no se preocupara por el matrimonio, que pensaba irse para donde su tía en Honda.

 

 

Se entregó totalmente a luchar por su amor, mil veces repitió que se casarían y muy pronto y le dio la posibilidad de ir a Honda, manteniendo su trabajo en el Banco.

 


 

Eduardo soñó con tener hijos una niña y un niño que le dijeran ¡papito papito¡ y adelanta con Alberto la confección del vestido de novia con una cola larga, blanca y radiante.

 

En el mes de abril fueron a Honda con toda la familia.

Yudy le confesó que también quería tener hijos suyos.

Disfrutaron animadamente en Honda que tiene un calor y un ambiente que amaña.

 


 

 

Después se casó con Yudy y fueron felices y tuvieron dos hijos en una luna de miel inolvidable.

 

Yudy es la mejor de todas, la mas completa para todo, muy juiciosa y les entregó toda su juventud hasta nuestros días es ella blanca, radiante, de cara preciosa de ojos claros y con diecinueve años.

Cuando se hicieron novios primero pasaron dos años, después se casaron por la iglesia católica.

El matrimonio le vino muy bien a Eduardo, se consolidó en el Banco, y disfruta todo instante, le gusta más que levantarse tarde.

 


 

La vida en pareja les llegó como anillo al dedo la pasan muy bien, bailan, se divierten y les gusta vivir independientemente, sin tener que recurrir a la familia.

 

Yudy es sensacional cada día se quieren más, más y más, es una aventura muy emocionante, juraban amor toda la semana, Eduardo le dice te quiero, te quiero, te quiero.

Muchas veces van a la pizzería y le llevan pizza a los dos hijos. Les encanta tomarse fotos en familia con los niños.

Van construyendo un nido de amor, comparten un amor que nunca muere.



 





 


En el Restrepo el sol entró a la casa sin abrir la ventana, en la pajarera ya se escucha el canturreo de la avecilla que tanto ha alegrado el ambiente, su música puede más que la tozudez de sus contrincantes, es el símbolo de amor puro, tierno y seductivo que profesa.

 

Es una llama que nadie puede apagar. 

 

 


 

 

 

 

 

 




CAPITULO III

AMOR ETERNO





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS

 


 

 

 

 

 

 

Cecilia le dijo a Amanda que se iba a bañar y le pidió un jabón perfumado, Amanda se fue a tráeselo y cuando volvió ya estaba en el baño.


 

Ya no respondía, ¿Está usted viva? Preguntó Amanda angustiada ¡Dígame, por favor está viva o no se está bañando, voy a abrir la puerta!

Amanda abrió la puerta y se encontró de pronto sola en ese baño vacío.

Las ventanas estaban abiertas y del cielo llovían bolas de luz, de luz intensa y brillante. Solamente vio que se asomaron las manos descarapeladas que mostraban sus anillos de oro.

Cecilia, Cecilia, Cecilia! Cecilia!
contestó el eco.

 


 

Porque tiene un solo ojo le preguntó. Es que la luz es muy fuerte y no alcanzo a ver bien desde aquí.

 

Inmediatamente Amanda llamó a Eduardo para contarle lo sucedido.

 

Eduardo se asomó por la ventana y la vio ahí, brillante como el sol, moviéndose, con las manos descubiertas y sin las joyas.

 


 

Ferney las tiene dijo Amanda.

 


Luis se apuró a salir sin desayunar evitando terciar en los hechos ocurridos, trató de levantar la batería del carro y se reventó un resorte. Regresó a la casa dejó la batería en el suelo y volvió a salir silenciosamente a donde lázaro para cobrar un dinero que le adeuda.

 

Por qué lloras mamá, preguntó Fernando, pues reconoció el rostro de su madre.

 


 

No quiero que tu padre se muera antes que yo, le dijo Cecilia, pues al verlo salir cree que no volverá.

Y luego, como si se le hubieran saltado todos los resortes, se dio vuelta sobre sí misma una y otra vez, hasta que las manos de Luis la abrazaron y le dijo: tranquila aquí estaremos los dos siempre.

 

Luis llamó a Pablo, a Luis a Diego, pero ninguno contesta.

 


 

Todo lo que comía lo devolvía, ese día se pasó de cama en cama y por último llamó a Eduardo para decirle, Eduardito que puedo hacer yo y Eduardo le preguntó que quiere Papá y lacónicamente contestó: ¡morirme!

 

De ahí en adelante Eduardo estuvo a su lado cada instante junto con Alberto y Ferney en este suceso inesperado.

 

Amanda también decidió estar en la casa y recuerda muchas cosas que pasaron en la familia.

Cecilia dice que se apagó su luz.

 

La mañana llega lluviosa, plomiza, sinembargo aun se ve el reflejo de la Luna, Luis era su amigo desde su infancia y departieron cincuenta años.



 


Pobre de ella se siente abandonada. Se hicieron la promesa de morir juntos. De irse los dos para darse ánimo uno al otro en el último viaje, por si se necesitaran, por si acaso encontraran alguna dificultad. Eran muy amigos.


Alberto dice que lo quería mucho porque Luis le dio su confianza y se le llenaron los ojos de agua, Alberto salió y se fue.

 

 

Los demás se quedaron a su alrededor porque aún se sentía su presencia.




Así transcurre el más alarmante día de la partida de Luis y la agonía de Cecilia,

 

Oyeron que alguien se queja y se da cabezazos contra la puerta. Y allí estaba Luis. ¿Qué es lo que le pasa? Le preguntaron de adentro, Busco a mi papá, contestó, me dijeron que está aquí.

 

Ya se marchó y no está aquí, un silencio profundo sigue después, Luis también salió y se fue.

 

¡Cecilia no puede entender porque Luis se fue! son las cosas de Dios dijo.



 

 


Fernando salía y entraba, miró a través de la ventana y se siente como encerrado en ese patio a cielo abierto y rodeado de perros rabiosos que lo acosan.

 

Como que se le va la voz. Como que se le pierde el sentido. Como que se ahoga con un taco en la garganta.

Ya nadie lo quiere. Ya no sabe si es un sueño o es la realidad.

Metió la mano por un orificio de la ventana y alcanzó a coger una manzana, la mordió y sintió que estaba en descomposición, no había nadie allí.

 


 

 

Fernando se quedó mirando a una mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes que entraba y salía.

 

No tenía agua, no había luz ni gas es como un destierro. No siente el pelo, no encuentra la cara y sus manos están más arriba de los hombros.

 


Sin embargo, era muy consiente que se iría para siempre,

 

Fernando se puso a orar llamando a Cecilia fuertemente, a Luis, a Diego.

Hubo un tiempo en el que estuvo oyendo durante muchas noches el rumor de la voz de su mamá.

 


 

 

Le llegaban los ruidos de su voz hasta la media noche.

 


Se acercaba a la ventana para ver si había alguien, pero estaba oscuro.

 

Nada. Nadie. Las piezas estaban solas como ahora.

Luego dejó de oír la voz. Y se cansó y se quedó dormido.

En sueños seguía oyendo voces como ecos. Con espanto oía el aullido de los perros.

 

 


 

 

Fernando no se pudo despedir de nadie, pues todos lo habían abandonado.

 


En la madrugada se fueron apagando sus recuerdos.
ya no oía el sonido de sus palabras.

 

En un arrebato de fe dijo: ¡todo está consumado! al medio día salió y se fue,

 

Cecilia está ahí con él. Ella lo reconoció y andaban juntos.

 

En la tarde, Cecilia está en Soacha ilusionada con ver a sus hijos. Cecilia y Fernando siempre están juntos.

 


 

Eduardo se encontró con Diego y se cruzaron la mirada fijamente, Diego sonrió se escondió en su pieza, estaba bien vestido, listo para irse.

 

Durante el desayuno tomó su chocolate como todas las mañanas, se sentía inquieto y preguntó ¿oye
quién está cumpliendo años hoy?
Cecilia contestó Eduardo.

 

Entonces se detuvo en su pieza y decidió quedarse en la casa, colocó la cabeza sobre la almohada, subió una pierna sobre la cama y salió y se fue.


Él se comportaba como un niño dijo Eduardo, un niño con 76 años encima contestó la Doctora.

 


 

Si, él vivía sin afanes, se reía solo, no se quejaba de nada acotó Eduardo.
No quise molestarle dijo la Doctora. A pesar de todo, era como un niño. Está bien, lo siento.

 

Al subir las escaleras vio a Lucia y Alberto almorzando con sus tres hijos y sus dos nietos. Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios lo nombran.

Al rato Luis entró nuevamente y dijo que se le había reventado un resorte.

Su último viaje a la oficina de Lázaro lo había dejado exhausto.

 


 

Nadie le creía porque parecía que no hablaba en serio y así pasaron varios días sin que se le prestara la atención requerida.

 


 

Estaba encerrado en la casa, acorralado,

desahuciado y ninguno podía ayudarlo, eran como las cuatro de la tarde y Luis salió y se fue.

 

 

Diego llegó a Matatigres para hacerse cargo del taller de mecánica porque le dijeron que su padre, estaba muy enfermo.

 


 

Cecilia le dijo, no dejes abandonado a Luis en estos momentos tan difíciles.

 

Estoy segura de que lo está necesitando con urgencia, hace días que no viene a la casa y se encuentra solo encerrado, muriéndose en ese taller.

 


Entonces Diego así lo hizo.

 


Y de tanto decírselo se quedó trabajando al lado de Luis y Pablo.

 


 

No le vaya a cobrar por la ayuda, hágalo de corazón.

 

Exígele que vuelva a la casa, aquí lo cuidaremos mejor.

 

Que se olvide de rencores, hijo dígale que vuelva.


Así lo haré, mamá. Contestó Diego inmediatamente.


Pero no pensaba cumplir su promesa por mucho tiempo debido a que había tenido varios altercados con Luis.

 

Hasta que ahora le tocó volver por obligación y de este modo se esforzó por trabajar nuevamente en el taller a pedido de su madre.

 


 

Por eso vine a Matatigres para atender los negocios de mi papá, se expresó Diego ante sus hermanos.

Era ese tiempo de la bonanza cuando a Diego lo llamaban de muchos talleres para realizar  su trabajo de latonero.

El trabajo en noviembre y diciembre abundaba y en enero y febrero se escaseaba.

 

Diego trabajaba dos meses y descansaba hasta que se le acababa el dinero.

 


 

Pero el que trabaja bien se lo pelean los dueños de los talleres.

Y Diego prefería trabajar en otros talleres porque le pagaban completo el jornal en cambio al lado de Luis estaba triste porque no se veía el pago todos los fines de semana.

 


Eso es lo que no entiende mi mamá; decía Diego con nostalgia, entre resignación y suspiros. Siempre fue así se volaba del taller con otros patrones y el retorno era porque le daba pesar con su padre.

 


amores











 








en el restrepo





























Pero jamás volvió con alegría siempre traía los ojos llenos de tristeza de tener que volver obligado.

 


 

Hoy es diferente porque vengo con los ojos de mi mamá quien me los dio para ver la necesidad por la que pasa mi papá y no por el dinero.

 

Hay allí mucho trabajo comenzado dice Luis y le recomienda que trabaje duro con sus hermanos para llevar comida a la casa.

 

La voz de Luis no era tan fuerte, era más bien suave, casi apagada, como si hablara consigo mismo.

¿Y por qué volvió usted a Matatigres, si se puede saber? preguntó Pablo. Vengo a ayudarle a mi papá contestó. ¡Ah! Eso dice siempre pero a los pocos días se vuelve a ir, no eres constante, dijo él.

 




Y siguieron trabajando en silencio, vamos cuesta abajo, como dice el tango dijo Luis, que tiene los ojos hinchados por lo pesado del sueño.

¿Y cómo sigue su padre?
preguntó Lázaro preocupado por la ausencia de Luis.

 

Ya está mejor don Lázaro, pero no quiere salir de esa pieza.

Déjelo tranquilo menos mal que tiene a su hijo mayor atendiendo el taller.

 

 


 

Yo también soy hijo de Luis dijo Pablo y también estoy ayudándolo. Todos somos sus hijos dijo Luis, pero de distinta madre, por lo menos él me llevó a bautizar dijo Pablo.

Con usted debe haber pasado lo mismo?

No me acuerdo, pero creo que si contestó Luis.

 

¡Váyanse al carajo! Gritó Diego, no confundan a don Lázaro.

 

¿Qué dice usted? Preguntó don Lázaro. Que ya le estamos terminando su carro para entregárselo.



 

Sí, ya lo veo. Gracias Diego.

 

En Talleres Santacruz de Matatigres el patrón Luis Celis se enfermó y sus hijos lo reemplazan dijo don Lázaro.

En Soacha los niños juegan y aturden con sus gritos. Cecilia se distrae con el vuelo de las palomas conversando con Diego y Eduardo y disfrutando un cielo azul del atardecer.



Ahora estaban aquí, en este pueblo sin ruidos.

Oyendo caer las pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles.

 


 

Algunas casas están vacías con las puertas cerradas invadidas de yerba.

Al cruzar una bocacalle vieron a Fernando fumando un cigarrillo y se desapareció como si no existiera.

 

Después volvieron a verlo de frente y lo siguieron con la mirada.

Diego le llamó muy fuerte:
Fernando miró y sonrió

¿Es que no sabe dónde vive? Allá está la casa junto al centro de salud. Fernando se fue en silencio y Cecilia lo guiaba.

 



Su voz estaba desafinada, su boca como seca y la cabeza muy desprendida de los hombros, sus ojos clavados en la tierra.

 

Fernando ha sufrido mucho, siempre lo he visto enfermo, dijo Diego.

Volvieron a la casa, aunque los niños seguían jugando, Cecilia la sintió muy fría.

 

Ni las palomas, ni el cielo azul, la pudo consolar, sentía una agonía en todo su ser.

 


 

Cae la noche y se escucha solamente el silencio, aún no esta acostumbrada a quedarse sola, su cabeza sufre de calores.

No entiende porque está viviendo en un pueblo tan solitario, conversando con alguien que no existe.

 


Llegó la hora de despedirse
Diego va para Matatigres.

Eduardo va más allá, donde se ven los cerros orientales.

 

Allá tiene su casa. Si usted se quiere venir a vivir conmigo, será bienvenido, le dijo a Diego.



 

Diego le agradeció diciendo ¿Dónde más podré encontrar alojamiento seguro? Solamente en su casa y donde Lázaro si es que todavía vive. Dígale que va de mi parte se escuchó una fuerte voz y una carcajada.

 

¿Y cómo se llama usted?
—Luis su papá —contestó. Lo alcanzó a ver y le dijo
soy su hijo.

 


Parece que nos hubiéramos puesto cita.

Parece que se hubieran estado esperando, porque se abrazaron y de inmediato se metieron por unos cuartos oscuros y desolados.

 

Iban caminando a través de un angosto cuarto que no tenía puertas, solamente aquella por donde entraron. Diego encendió una vela y lo vio vacío.

 

 


 

 

Aquí no hay dónde acostarse dijo. No se preocupe por eso mijo, contestó Luis sonriendo.

 

Estoy cansado dijo Diego.
Vamos a tomar un tinto y algo de comer, después organizamos lo de la dormida, contestó Luis.

En la enramada el agua gotea hacia la arena del patio. Diego organiza la herramienta mientras Luis y Pablo daban vueltas y rebotes tratando de abrir las puertas de un carro. Ya se había ido la tormenta y de vez en cuando cae la brisa sobre el taller de Celis e hijos.

 


 

Las palomas van al patio, picoteando las lombrices desenterradas.

 

Cecilia apareció en medio de un sol de colores que jugaba con el aire de la mañana. Fernando sintió sus manos suaves que le acarician su cara, mijo he orado mucho por ti.


El aire levanta sus vestidos de seda y los hace reír. Se juntaron en un fuerte abrazo con la mirada fija en sus ojos. Mientras un rio de agua viva corre entre sus dedos.

 

 


 

 

Sus cabellos vuelan al viento, como si hubieran sido levantados por las alas de un pajarillo.

 












Y desde arriba, como el pajarillo caen haciendo maromas y acrobacias, sobre el verdor de la tierra.

Cecilia tiene sus labios rojos como si hubiera besado el pétalo de una flor.

 

Fernando tiene su rostro fresco como el de un muchacho.
Mi mamá está viva gritó. Ya me estoy acostumbrando a verla tan radiante, como una luz.

 

 


 


Siempre he estado cerca de ti le dijo mirándolo con sus ojos negros, enmarcados por frondosas cejas. Fernando alzó la vista y miró a su madre con ternura.

 

¿Sabes que estoy pensando? Que vamos a estar aquí juntos por mucho tiempo, mucho tiempo.

Vamos a tomar tinto.
     —Ya voy, mamá. Ya voy.

 

Ahí estaba Diego con Eduardo y Mauricio, oyéndolos conversar, aunque ellos no los veían, se quedaron callados, para no molestarlos.

 


 

¿Dónde te habías metido? Dijo Cecilia cuando sintió la presencia de Diego le dijo:


Te estábamos buscando.
Estaba en el otro patio contestó Diego, donde no hay perros rabiosos.

 


¿Y con quién? ¿trabajando?
No, mamá, con el pastor estaba orando. Cecilia miró a Eduardo y a Mauricio, con sus ojos negros bien abiertos.

 

 



 

 

¿Y les habló muy duro como si estuvieran a kilómetros de distancia, encima de las nubes, en el más allá, vamos a rezar el rosario? Estamos en el novenario de Luis. Claro que si contestaron ellos.

 


Allí está Lucia en el umbral de la puerta, con una vela en la mano, lista para rezar el rosario. Me siento triste, dijo. Entonces se dio vuelta y colocó la vela en el candelero.



 

 

Cerró la puerta comenzó a orar mientras caía la lluvia. El reloj marca las siete en Soacha.

Cecilia recordó que Luis fue un buen hombre, muy cumplido y le perdonó todos sus errores. Era quien nos alcahueteaba todo en Pereira dijo y lo siguió haciendo todavía después que se vino para Bogotá dijo Diego.

 

 


 

 

Me acuerdo del desventurado día que sucedió el accidente automovilístico de Lucia dijo Cecilia. Todos nos conmovimos porque todos la queremos. Pero Luis casi se enloquece era la luz de sus ojos.

 

En diciembre nos llevaba regalos a Calarcá, recordó Eduardo.

Y nos contaba historias de las cosas que sucedían en Bogotá, dijo Amanda.

 


 

Era un gran conversador incansable, dijo Diego, mi papá era un personaje en Matatigres.

 


Después que se le reventó el resorte dejó de hablar. Decía que ya no tenía sentido decir cosas que no servían para nada. A las comidas ya no les encontraba ningún sabor. Desde entonces enmudeció, pero, eso sí, no se le acabó la costumbre de gritar a la gente.  

Al final Luis pensó que debía estar muerto, seguramente.

Bueno, ya no me preocupa porque los hijos están grandes, dijo.

 

 




Se puso a mirar a Cecilia que la tenía al frente y pensó que debió haber pasado momentos difíciles, pero aguantó los cincuenta años conmigo, concluyó.

Eran casi las cuatro en Soacha y todo estaba en silencio.

 


 

 

Cecilia se quedó mirándolo y pensó que ya habían pasado Cincuenta años y no pudieron vivir como querían sino como podían, la vida en Bogotá es difícil para todos concluyó y no puede creer que Luis se muera primero.



 

 




 

 

 

 

 

 


Luis María Celis Rey

Cecilia López de Celis

Diego Celis López

Ferney Celis López

Lucia Celis López

Luis Fernando Celis López

José Eduardo Celis López

Amanda Celis López

 


Conversando con Eduardocelis

Volumen II año 2021CECILIA LOPEZ DE CELIS

CECILIA LOPEZ DE CELIS

CECILIA LOPEZ DE CELIS

CECILIA LOPEZ DE CELIS

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José Eduardo Celis López

 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020



 
 
 

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Salió al patio. Vagó por los alrededores de casabianca, organizando sus ideas







JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ SITIO OFICIAL

  


 
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José Eduardo Celis López

 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020




1992

BIC

1993

1979

CHILITA Y LUIS

1976

BIC

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WILLIAM

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PAOLA

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LA COLONIA

RAFAEL

LUCHO-EDU-CESAR

D.T.

CLARITZA PEREIRA

FERNANDO 1984

GOLEADOR

CALARCA

1985


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan





Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







Cincuenta años en Bogotà




DIEGO CELIS LOPEZ DE PEREIRA

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 yudy en el restrepo
 
 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA





Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz



     


En una mañana lluviosa y plomiza
  
 

 






 
 eduarditocelis en el bic

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 Una vida acomodada y feliz
 
 
José Eduardo Celis López

 






¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 cincuenta años en Bogotá
 

 
 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 eduarditocelis en el bic
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando

 






Luis tardiamente salió y se fue

 

 





Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 eduarditocelis en el bic
 

 



BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020

 


   

 



 
 
 



Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS


 

 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 eduarditocelis en el bic
 
 

Cincuenta años en Bogotá







Eduardocelis (
1970-2020)

 


Cecilia y Luis llegaron sorpresivamente al Barrio San Antonio de Bogotá

  




 
 

 
 
 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 


 CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 
 

 

 
 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
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Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà




Ferney,Fernando y Eduardo
 
 
En las penumbras estalló una carcajada







 
50 AÑOS EN BOGOTA
Libro de Eduardocelis
  
Eduardocelis
 
 
Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


Fernando



Mientras ellos servian un aguardiente






La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco



 
 


Soy bachiller, contestó extendiendo el diploma





 
 
 

Ferney Celis 





Amanda estudió enfermería






¡Salud! 



Ella tiene una apariencia sexagenaria y a Luis los años le pasan por encima




 
 
 
Lucia ya es madre de dos niñas



 
 
 
 



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020




Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 
 
 

Abrió de par en par la puerta





 

 






Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 




BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020








Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS


 
 

  

 
 

  

 
 

  

 
 




Una mañana lluviosa y plomiza





 
 

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 

 eduarditocelis en el bic

 
José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 
 

 
 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 

 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







Luis tardiamente salió y se fue. 





Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba






Tempraneramente Fernando salió y se fue







Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla






La noche pasò volando






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






Ya no piense mas en eso dijo Cecilia, duérmase tranquilo







Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 



 
 eduarditocelis en el bic
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 




PEREIRA





Lucia y Alberto



Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante






   


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente














Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos






   
La Taurina


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente




Repiraban muy cerca, cara a cara







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!























Como por instinto Eduardo la besó




Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



   


Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente










Quedando sellado ahí un encuentro casual






Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista









Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo






Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos






la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri






Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas









¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente









En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna









Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama










No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones










¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama









Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 
 

 
 
 
No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá









 
  
El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 






Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 

 

CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA





Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






La noche pasò volando








Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere




LUIS, CECILIA, YUDY, EDUARDO, GLADIZ, DARIO, LUCIA Y ALBERTO



Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte









Tempraneramente Fernando salió y se fue



Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba









Luis tardiamente salió y se fue.



  


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

1970-2020



ingriyh

Dicen que es la violencia politica que se vive en Colombia desde que mataron a Gaitan


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020
 
 
 

Abrió de par en par la puerta





 

 






Encontraré más cercana la única voz de mis recuerdos de niñez que es la de mi madre, si es allá escucharé esta voz, la voz de mi madre muerta que es la misma voz de mi madre que está aquí viva





CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 1982
 
 

 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà








Cincuenta años en Bogotà

  

   

 
CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 
 
 
José Eduardo Celis López

 






¡Salud! Asintió Eduardo










BOGOTA 50 AÑOS 1970-2020








Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música




BOGOTA 50 AÑOS


 
 

 

 
 

 

 
 

 


 
 




Una mañana lluviosa y plomiza





 2008
 

 





Sinembargo ante las circunstancias tuvieron que bajar el tono de su amorío






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020  EDUARDOCELIS 


 
 
 

 
José Eduardo Celis López

 






¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS 












































































































amores




































































































(1970-2020)







































































































 
en vindi



































































 



 
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Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà





casabianca

Cincuenta años en Bogotà



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 1981
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







Luis tardiamente salió y se fue. 





Luis también salio para la oficina de Lázaro a cobrar un dinero que le adeudaba






Tempraneramente Fernando salió y se fue







Cuando aún estaba en la cama Luis dijo que se le había reventado un resorte






Ella nunca lo mandó al olvido y aún hoy sus labios la nombran






Al bajar las escaleras vio por última vez a Edilma a través de la rendija de la puerta, se estremece con sus besos lo más recóndito de su alma







El amor entrañable, puro, tierno y seductivo profesado por Eduardo en su corazón, nadie lo puede llenar







Se escucha la buena música antillana que alegra el ambiente en el Restrepo







Sin abrir las ventanas ya el sol Capitalino había penetrado a la casa







Cuando le estaba tocando el cuerpo dijo que es el primer amor de su vida y que ese amor nunca se muere







Recorrieron el Restrepo cogidos de la mano y cuando se encontraban solos, se entregaron sus corazones







Muy temprano llegó Carmencita al Restrepo, Eduardo siente satisfacción de verla






La noche pasò volando






Eduardo se durmió y Cecilia apagó la luz






Ya no piense mas en eso dijo Cecilia, duérmase tranquilo







Aún no habían desechado la idea que el fantasma era Fernando, su mirada inalterable les producía espanto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 pereira
 
 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando







CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS 


 
 mi gran amor

 





El amigo Fabio vino a despedirse, su espíritu hizo un recorrido en su partida, acotó Fernando






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA













EDUARDOCELIS (1970-2020)

 


 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà











No se preocupe, le dijo sonriendo Fernando que observaba la escena sentado en el sofá






Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 




¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama







No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones






Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama








Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna






En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente







Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas







Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri







la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos







Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo







De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista







Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






Quedando sellado ahí un encuentro casual







Como por instinto Eduardo la besó







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!







Repiraban muy cerca, cara a cara







Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos




Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



  
Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 

EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
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Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà







Cincuenta años en Bogotà







Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante







Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna, irrumpió Carmencita, su amiga de infancia que departía muy cerca del mostrador




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA

 

 

 
 
 
 
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PEREIRA-CALDAS
1954-1994
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ
Bogotá, 2015
 
 
 
 
 
 
 
 
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Chilita y May
 
 
 
 
 
 
 
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MUJERES VERDADERAS

Compendio de inefables virtudes femeninas
Como madre y esposa
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ
Pereira, 27 de Marzo de 1954
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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eduardocelis goleador y campeon 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El mes de marzo vuelve con su luz escondida
y se deslizan peces inmensos por el cielo,
vago vapor terrestre progresa sigiloso,
una por una caen al silencio las cosas.
Por suerte en esta crisis de atmósfera errabunda
se reúnen las vidas del mar con las del fuego,
el movimiento gris de la nave de invierno
y la forma que el amor imprimió a la guitarra.
Oh amor, rosa mojada por sirenas y espumas,
fuego que baila y sube la invisible escalera
y despierta en el túnel del insomnio a la sangre
para que se consuman las olas en el cielo,
que olvide el mar sus bienes y leones
y caiga el mundo adentro de las redes oscuras.

 

joseduardocelislopez en el sindicato

Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos,
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez mas sobre mí su frescura,
sentir la suavidad que cambió mi destino.
Quiero que vivas mientras yo, dormido, te espero,
quiero que tus oidos sigan oyendo al viento,
que huelas el aroma del aire, que amemos juntos
y que sigamos pisando la tierra que pisamos.
Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
por eso sigue tu viviendo, querida,
para que alcances todo lo que el amor te ordena,
para que se paseé mi sombra por tu pelo,
para que así conozcan la razón de mi canto.

 

joseduardocelislopez en melgar
 
Cuantas veces, amor, te amé sin verte
Sin reconocer tu mirada, sin mirarte.

 
joseduardocelislopez en mesitas
 

Pablo Neruda, Santiago de Chile
Tomado de Cien sonetos de Amor
 
 
 
 

 
 
 
 
joseduardocelislopez en casa del che
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


eduardocelis goleador y campeon con janner
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

joseduarocelislopez y doña berthica
 
 
 

joseduardocelislopez en la asamblea nacional en medellin
 

CONTENIDO

 joseduardocelislopez en su mejor momento
 

 
tangos en fontibón
 
I.                  PREFACIO        

              

 JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ EN LA CEJA ANTIOQUIA    


                                             11
 
II.               LA CASA DE LOS ABUELOS   

    

CON CHILITA    

                 13
 

III.           EL COMPROMISO DE GONZALO

  

 JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ AUDITOR BIC   


             21
 
IV.           LA CASA DE LAS PALOMAS       

CON PAOLA Y AMANDA      

                        31
 
V.              VIAJE SORPRESIVO A BOGOTÁ      

 JOSE EDUARDO CELIS EN LA JAVERIANA 


                   43
 

VI.           VEINTE AÑOS NO ES NADA  

 JOSE EUARDO CELIS LOPEZ EN CALARCA   


                                 53
 
VII.       LA ALEGRIA DE VIVIR   



 JOSE EUARDO CELIS LOPEZ EN CASA DEL CHE 
   
 EDILMA EN VINDI 

                                            LA SARDINA  
 

VIII.    EL ARBOL GENEALOGICO    

 CON AMANDA Y LUCY      


                             77
 
IX.           CITAS IMPORTANTES    

 EN EL MITICO CERRO     


                                        79
 
X.              ABREVIATURAS  
        
EL CAIMAN


                                                   81
 
XI.           EL AUTOR        


EN LA VOZ DE CALARCA
                                                                                              83
 

XII.       LOS PERSONAJES


LA DECANA DE CUBA

 JOSE EDUARDO CELIS LOPEZ EN EL INCA         


                                               85
 
 


 
PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 joseduardocelislopez con magaly
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 


eduardocelis goleador y campeon bic
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ney en cali 
 
 
 
 
 
 
I
 

en manrique oriental

PREFACIO

 



El presente libro pretende que mis amigos y amigas, mis hijos y mis familiares, mi esposa y mis hermanos, conversen un poco conmigo, en mi ausencia.

 


 
No se trata de la extraordinaria narrativa de Gabriel García Màrquez, ni los maravillosos versos de Pablo Neruda, ni la encantadora poesía de Jorge Luis Borges.

 



Se trata de contar la historia de mi familia, desde una visión muy personal, matizada con algunos hechos sucedidos en el país desde mi nacimiento hasta el final de mi juventud.
 


 
Gran parte de mis recuerdos y vivencias tienen su origen en el permanente contacto con mi mamá, conversadora incansable, con quien compartimos todo tipo de experiencias, en su mayoría muy agradables.
 





Es muy importante también la influencia de la personalidad alegre, bohemia y guerrera de mi padre, con quien me identifiqué plenamente durante mi juventud, lo que me permite contar muchas alegrías y pocas tristezas.

 


Pero lo que me parece más importante destacar, es que haya tenido la oportunidad de recorrer medio país, en diferentes roles, arriesgando muchas veces la vida y la libertad, con un final verdaderamente feliz.

 


 
Por eso les propongo conversar un poco con Eduardocelis.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 MARY EN EL COUNTRY
 
 
 LA HERMANA EN BOGOTA
 
 
II
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LA CASA
DE
LOS ABUELOS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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En el año de 1954 estaba en vigencia la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla, régimen de contrastes que trajo en principio la reconciliación nacional y al final mayores diferencias políticas y sociales. 

 


 
-- Tecnológicamente hubo avances en radio y televisión pero limitó la libertad de expresión.

 


 
Por entonces contaba Luis María Celis con 38 años de edad y Cecilia López Merchàn tenía 30 años. 

 
 
´-- Se habían conocido en el parque de la estación del ferrocarril, cuando Chilita asistía a misa de domingo y Luis fingía leer el periódico.

 

 
Luis Celis le había comprado el Taller automotriz a don Jesús Altamirano, ubicado en la sexta de Pereira, este taller se convirtió en una máquina de hacer dinero y tuvo su época exitosa, adquiriendo casas y vehículos último modelo, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Caldas. 

 


 
-- En el matrimonio ya existían Diego, Ferney y Lucia.
 
 


 
Vivían con mis tías Celmira, Olga, Claritza, Pola y Nohemy, mi abuelo Abraham Elías López, disfrutaba de las atenciones de ellas, escuchaba música y noticias en el radio Phillips, mientras le preparaban chocolate con arepa.

 
 
 
 
En la primera década del siglo veinte, Abraham Elías López y María Francisca Merchàn se trasladaron a pie desde Manizales hasta Pereira, huyendo de la persecución política. 

 


 
-- Abraham Elías contaba su participación en la revolución de 1885 y la guerra de los mil días que terminó en 1903, la cual fue cruel, devastadora y larga, combate en el que hizo sus primeras armas, conoció y admiró a Enrique Olaya Herrera quien luego fue Presidente de la República. La guerra de los mil días fue la que más mística política despertó en el pueblo Colombiano, en cuyos campos de batalla aprendieron a distinguirse liberales y conservadores. 

 


 
-- En la guerra civil de 1885 combatieron al gobierno de Rafael Nuñez, quien estaba en su segunda Presidencia y los liberales lo acusaban de entregar armas a los conservadores.

 


 
A finales de los años veinte Celmira también tuvo que salir de Manizales, expulsada del convento donde pretendía ser monja, las madres superioras argumentaron que era la mayor de seis hermanos y su madre María Francisca estaba en delicado estado de salud. 

 


 
-- Sin embargo, el pasado guerrero de Abraham Elias también pesó en la decisión final. 

 


 
Desde entonces y por siempre, usa vestido largo y negro simulando el hábito, estuvo en las iglesias cantando y predicando la religión católica.

 
 


 
-- Fue amiga del padre Villar de Denain quien luego fue canonizado en Roma, dicen que tenía una cadena encarnada en su cintura y que sanó enfermos en San judas, en la Popa, en todas las orillas del Otùn y del Consota. 

 


 
Antes del segundo concilio vaticano, el Papa Juan XXIII envió a Pereira a un emisario, para recoger los testimonios de las personas que habían recibido los milagros del padre Villar.

 


 
-- Celmira recuerda con emoción cuando fue visitada en la casa de los abuelos por el enviado del Papa, con quien sostuvo una larga y confidencial conversación sobre la vida, obra y milagros del santo Francés quien vivió y murió en Pereira, años mas tarde luego de ser beatificado, el Papa pronunció su canonización.

 

 
Celmira es una mujer extraordinaria, excepcional, afectuosa, su cabello es negro y largo, su cara es redonda, sus ojos cafés oscuros están enmarcados por frondosas cejas, nos atiende como si fuéramos hijos y nunca nos reprocha nada, su remedio favorito es el vinagre, lo usa a diario con esencias aromáticas como bálsamo y cosmético. Ama a los seres humanos y a los animales a quienes llama hermanos. 

 


 
-- El 20 de julio de 1926 nació Policarpa López Merchàn y Abraham Elías la hizo bautizar con ese nombre en honor a la heroína Colombiana Policarpa Salavarrieta, quien fue fusilada a los 22 años de edad por el español Juan Sàmano, que en compañía de Morillo, al final de la época de la colonia persiguió y masacró a los republicanos que luchaban por la independencia del país.

 
 
 
-- El General Pablo Morillo llamado el Pacificador fue quien ordenó esa campaña de terror en 1817.

 

 
Pola también es muy religiosa y para ubicarla hay que buscarla en las Iglesias, allí mantiene cantando y leyendo la palabra de Dios, su sueño es ser locutora, por eso le llaman la atención los micrófonos de los púlpitos.
 

 
Es robusta, muy bondadosa, con una sonrisa angelical, cansina al andar, de sanas costumbres, con mirada muy expresiva y poseedora de un fino humor, admira los dibujos animados y acostumbra caminar desde libaré hasta matecaña. 
 

 
-- Pola está pensionada por la Empresa de comestibles la Rosa, ubicada en Dosquebradas.
 


 
Olguita es la más simpática de todas, desde muy joven se dedicó a las confecciones de camisas, siendo fundadora de Camisas Impala, evento que se realizó con gran ceremonia en el club Rialto de Pereira. 
 


 
-- En la fábrica simpatizó y apoyó las luchas de los obreros, para lograr una mejor remuneración por su trabajo y mejores condiciones de vida. 

 


 
Siempre sostuvo una posición critica en contra de los funcionarios del Ministerio de trabajo, quienes en unión con los patronos, atentan contra los logros alcanzados en las justas luchas, plasmadas en las convenciones colectivas.

 
 
 
-- Olga es contemporánea de Cecilia y desde su infancia tuvieron una gran empatía, de los nueve hermanos fueron las mas adelantadas en educación y cultura.

 

 
Olga y Cecilia hicieron sus tareas juntas y todos los días intercambiaban conocimientos aprendidos en la Escuela Gabriela Mistral, ubicada en la calle catorce, para llegar a ella cruzaban el puente de madera que atravesaba el Río Consota y subían luego por un pequeño barranco hasta alcanzar la circunvalar, en la esquina de la calle segunda se encontraba la tienda del arte, famosa por su vitrina llena de curiosidades y porcelanas traídas del exterior, con otros elementos para el estudio y la investigación.

 


 
-- Cecilia siempre se detenía ante esta vitrina, sentía una atracción especial por los relojes y las joyas. De allí a la Escuela habían diez cuadras, que recorrían de la mano sin dejar de hablar, gozosas, alegres, dichosas y de buen humor. 

 


 
La casa de los abuelos Abraham Elías y María Francisca es campestre, construida en bahareque y teja de barro, rodeada por un corredor con chambranas de macana gruesa, el patio es grande, rústico y da la vuelta a la casa, la cual consta de nueve alcobas, una cocina grande y un horno hecho en barro, cubierto por una enramada en guadua, en donde jugaban a la rueda rueda y al sun sun de la calavera.

 


 
 
-- Sus preciosos rostros se adornan con cabellos ondulados, ojos grandes, cejas pobladas y dentaduras perfectas, vestían casi iguales, con faldas largas de pliegues, blusas de manga corta, zapatos en charol, chal y manto, con lo cual lucían bellas, hermosas, los domingos para ir a misa. 

 
 
 
-- Un domingo de diciembre de 1941, al frente de la estación del ferrocarril conocieron al joven Luis, quien frecuentaba el sitio vestido muy elegantemente.

 


 
Olga le advirtió a Cecilia que Luis la seguía con su mirada y finalmente con su sonrisa artística, terminó conquistándola para siempre.

 


 
-- Las costumbres de la época, las circunstancias presentadas en el seno de la familia y los escasos diecisiete años que acababa de cumplir Chilita, se convirtieron en el principal obstáculo para que el noviazgo avanzara, con la celeridad que Luis pretendía.

 


 
Sin embargo detalles fuertes impactaron en la mente y en el corazón de Cecilia, recuerda que la estampa elegante y sólida que proyectaba Luis era imposible de rechazar, el trato amable, afectuoso, cariñoso, de buen genio, agradable, gentil y gracioso lo hacían digno de su amor.

 


 
-- Chilita dice que Luis planeó todo cuidadosamente para llegarle a su corazón. 

 


 
En tal sentido, cada ocho días se presentaba con una selección de versos y poemas de amor, que contenían una extraordinaria rima, con sentimiento apasionado hacia ella. Estos versos generaron especial cariño y despertaron su interés ante las relaciones amorosas que Luis le planteó, en la flor de su juventud.
 
 

 
 
 
III
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 

 
 
 
 
EL COMPROMISO
 
DE
 
GONZALO
 
 
 
 
 
 
 

 
 PICHIS
 
 
 
 
PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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Después del nacimiento de Nohemy, mi abuelita María Francisca tuvo que padecer una dura enfermedad, mis tías quedaron a cargo de Gonzalo, Ricardo y Evelio. 

 EDILMA EN VINDI
 

EDILMA
 
-- Gonzalo es quien asume la responsabilidad económica de la familia, gracias a su compromiso todos y todas disfrutan de bienestar físico y mental.

 


 
A mediados del año 1932 Ricardo estuvo en la guerra contra el Perú, por culpa del gobierno Colombiano que tenia abandonado el trapecio Amazónico, los Peruanos invadieron a Leticia y esto despertó el sentimiento nacional patriótico.
 
 



-- Ricardo es un moreno alto y acuerpado, de ojos negros y brotados, su pelo es crespo rizado, de cara delgada y nariz aguileña, introvertido y malgeniado.

 
 CARMENCITA EN LA TERRAZA

CARMENCITA 
 
-- Estuvo en la tarea de construir caminos para facilitar la llegada de tropas a Leticia. Luego participó en la construcción del gran Hotel.
 
 



Miles de Colombianos fueron a la guerra, al mando del General Alfredo Vasquez Cobo quien era embajador en Francia. El General Gabriel París junto con Gustavo Rojas Pinilla, convencieron a un grupo de aviadores Alemanes que vivía en Bogotá y con su experiencia de la primera guerra mundial, permitieron recuperar los territorios invadidos.
 
 
 

 
 
-- El General París fue Presidente de la Junta militar que sucedió a Rojas Pinilla.

 


 
En el año 1942 Gonzalo López Merchàn se coronó campeón departamental de boxeo, disciplina que alternó por muchos años con la sastrería, finalmente se estableció como comerciante de joyas y electrodomésticos.
 
 



-- Su casa está ubicada en la novena cerca de la Galería y es propietario de la Prendería Pereira, le gusta en las tardes sentarse en el balcón a saborear el tabaco Cubano, costumbre heredada de Abraham Elías.

 


 
Se casó con Nieves Bernal y Benjamin el hijo consentido fue Secretario de salud publica de Dosquebradas, Tin es inteligente, activo y sagaz, Jairo el mayor maneja un perfil de bajo mundo, Rigoberto tiene la paciencia, la tranquilidad y la disciplina del Contador público y Ruby viaja constantemente a Estados Unidos en busca del sueño Americano.
 


 
-- Desde su balcón, Gonzalo alcanza a divisar el parque de la Libertad y la cúpula de la Catedral de la pobreza.

 


 
-- Recrea su vista como si se tratara de un observatorio astronómico, mientras saborea su aromada pipa.

 


 
Se relaja en su cómodo sofá hasta media noche, acariciando y hablando con Muñeca, su vieja mascota consentida.
 
 
 


 
-- Compartimos en familia, la casa es grande y completamente amoblada, equipada y llena de canarios, consta de tres pisos con una terraza inmensa que permite divisar a Pereira y sus alrededores.

 


 
-- El comedor es amplio y la cena es abundante. 

 


 
Durante la época de la violencia tenía la costumbre de asistir a todos los funerales que se presentaban en la Iglesia de la Valvanera, discretamente se acercaba a los familiares para ofrecerles ayuda, generalmente se hacia cargo de los gastos funerarios, cuando se trataba de gente muy pobre.
 



 
-- Gonzalo tiene un temperamento recio, de aspecto serio, pensante, que inspira respeto, es alto, macizo, fornido, con un carácter fuerte forjado a golpes.

 
 
Esconde debajo de su ruana y sombrero una extraordinaria dulzura y amor por la gente pobre y necesitada, es bondadoso, ayuda y da, sin pedir a cambio nada.

 


 
-- Mientras tanto la presencia de Luis en la ventana de Cecilia se volvió continua, lucia alegre, decente y extremadamente respetuoso, lo cual condujo a que fuera aceptado por toda la familia. 

 

 
-- Después de casados, se benefició de los conocimientos adquiridos por Cecilia.
 
 
 


 
Chilita le leía el periódico, los contratos de compra y venta, le enseñó las operaciones básicas y las primeras letras, hecho que se aprecia en la caligrafía de su firma. 

 
 
-- Entonces Luis Celis abre su primera cuenta bancaria.
 



 
Con el primer cheque que gira obsequia a Cecilia un costoso abrigo de piel café oscuro, cartera y zapatos de gamuza, adquiere un juego de muebles estilo Luis XV, que incluye sala, comedor, alcoba y biblioteca. Las comodidades, el confort y la abundancia se observan en todos los rincones de la casa de la sexta y redunda en la felicidad del hogar recién constituido.
 

 
-- A finales de los años cincuenta Evelio se fue para Cali con su esposa Flor y su pequeña hija, aprendió de Gonzalo la sastrería y la confección de pantalones le valió el reconocimiento en la Alameda caleña. 

 


 
-- Contaba con nostalgia los hechos que siguieron al asesinato de Gaitàn el 9 de abril de 1948.

 


 
Evelio fue el único que interpretó las ideas radicales del liberalismo que Abraham Elías defendió con vehemencia, estuvo al lado de Alfonso López Pumarejo, Enrique Olaya Herrera y por supuesto, Gaitanista a morir. Jorge Eliecer Gaitàn fue víctima de las oligarquías Colombianas que veían con preocupación al caudillo, perfilándose como Presidente de un pueblo desarrapado.
 
 
 
 
 
-- Por ese entonces en la casa de la segunda, Claritza trabaja la modistería

 
 
Es una morena alta, delgada y esbelta, de ojos negros y hermoso perfil de rostro, es muy detallista y conversadora, fue novia de Hèctor, un periodista que se suicidó después que se descubriera que tenia un hijo con otra mujer, luego de dos amores frustrados no volvió a conseguir novio y por siempre guardó el secreto de la relación con él.

 
 
-- Hèctor era un zambo Quimbaya, sus rasgos y el color de su piel eran producto de la fusión de pobladores indígenas, españoles y negros.
 
 
-- Fue su único y verdadero amor, Claritza se volvió muy reservada, malgeniada y difícil de comprender. 

 
 
Celmira, Claritza y Olga viven tranquilas, tienen buena salud, son dueñas de la casa de la segunda, en la cual todos pasamos momentos preciosos de nuestra niñez, la casa está ubicada de cara al río y desde su ventanal se observan el viacrucis y la acequia que surte de agua a Pereira, tiene cuatro alcobas y dos baños, el piso y las puertas son de pino albar, la cocina es amplia con mesón de cemento, fogones de petróleo, chimenea y horno de carbón.

 
eduarditocelis en el bic 
-- Dentro de la cocina existe una mesa grande con cuatro butacas, en donde nos sentamos a conversar con Celmira.
 
 
 
 
-- El corredor es largo y contiene un comedor de seis puestos con manteles e individuales de flores rojas, al fondo existe un patio grande pavimentado y el cuarto de San Alejo. En la sala está la máquina de coser Singer y una silla mecedora, en sus paredes cuelgan seis repisas con muñecas de porcelana y carrozas conducidas por caballos blancos.
 
 


-- Al centro se encuentra la habitación sombría e impenetrable de Claritza.
 
 
Celmira y Olga comparten la misma alcoba, que tiene doble entrada con cortinas transparentes y en la ultima pieza se ubica Abraham Elías que adorna su entorno con escaleras, hisopos, brochas y demás herramientas de trabajo.
 
 


-- Abraham Elías todas las tardes se sienta cerca del patio, a degustar el tabaco Cubano.
 


 
En la casa vecina vive la familia de Alfonso Galvis el famoso ciclista Pereirano que junto con Ruben Dario Gómez hicieron historia en Colombia, el tigrillo de Pereira fue noveno en los Olímpicos de Roma y bicampeòn de la vuelta a Colombia. Ruben Darìo se convirtió en el personaje más importante de la ciudad y orgullo de los Pereiranos.

 
 
-- En agosto de 1963 celebramos el centenario de la fundación de Pereira. En las fiestas de la cosecha bailamos al frente del Bolívar desnudo de Rodrigo Arenas Betancur y visitamos en Cuba, a Juan Celis, Lolita, Efrain y Guillermo, su casa y taller colindan con la Villa Olímpica. 

 
 
 
 
Pereira es la sexta ciudad del país, fundada por dieciocho aventureros antioqueños atraídos por la fertilidad de las tierras de propiedad de don Francisco Pereira, situada en una bella planicie rodeada de montañas y bañadas por los ríos Consota y Otùn, en el lugar ideal para el descanso de los viajeros del triángulo de oro Bogotá, Medellín y Cali.

 


 
-- El poeta Pereirano Luis Carlos González la inmortalizó querendona, trasnochadora y morena. 

 


 
Es conocida como la Perla del Otùn, el café es su producto bandera, inolvidable es el recorrido por el Zoológico, el aeropuerto Matecaña, las aguas termales de Santa Rosa de Cabal, el lago Uribe Uribe y el estadio Alberto Mora Mora. 

 

 
-- En esos años sesenta, presenciamos los partidos de fútbol que hicieron famoso al Kinder de López Fretes.
 


 
En el fortín de Libaré, jamás vimos perder al Deportivo Pereira con la camiseta amarilla y roja, los Matecañas jugaban con Vivas, Vargas, Bobadilla, Chàvez y Mesa, Arboleda, Lezcano y Manjarrèz, Santa, Rada y Pollo Díaz.
 
 

 
-- Por entonces Nohemy y Virgilio se radicaron en Ibaguè con sus hijos Julio, Gerardo, Stella, Cristina y Beatriz, las cartas y visitas esporádicas fueron el sostén de nuestra relación. Años mas tarde, en el barrio El Jordán ocurrieron maltratos de Virgilio hacia Nohemy, lo que obligó a la separación definitiva.
 
 
 
 
 
-- Chilita dice que ya le habían advertido del mal comportamiento presentado por Virgilio, en el pasado.

 
 
-- Sin embargo Nohemy respondió que nunca le explicaron claramente en que consistía ese mal comportamiento, hasta que lo sufrió en carne propia.

 

 
Entonces viajaron a Manzanares Caldas, huyendo del maltrato y las amenazas, para reorganizar sus vidas y tratar que los hijos terminen sus estudios de bachillerato, con el apoyo de Olga y Pola.
 

 
-- En consecuencia Pola decide trasladarse a San Judas frente a la Iglesia, al otro lado del río, comunicada por el puente que une a Pereira con Dosquebradas.
 

 

Su nueva casa es pequeña, acogedora y agradable, la adquirió con las cesantías ahorradas durante veinte años de trabajo en la Rosa, tiene dos alcobas, sala comedor, baño, patio de ropas y cocina integral, comedor y bife en madera cedrina, un sofá, dos sillas en felpa y un mueble multiservicios que tiene incrustado el radio y un pequeño televisor a color. 

 

 
-- Mientras tanto Olguita asiste diariamente al Sagrado Corazón y está pensionada por Camiserías Impala.

 


 
Celmira, Claritza y Olga viven a orillas del río Otùn.
 
 
 
 
 
IV
 
 
 
 
 
 
 
 


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LA CASA
DE
LAS PALOMAS

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
PEREIRA-CALDAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ADIELA EN CASABIANCA
 ADIELITA
 
 
 
 
 

 
 
 en fontibon
 
 
 
 
 
 
Después del lamentable accidente de Carlos Gardel en 1935, en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, Luis se convirtió en una autentica réplica del morocho del abasto, en su manera de actuar y vestir.
 

 


-- Tenía 20 años, ya era dueño del Taller automotriz, con carros propios, usaba gomina y sombrero gardeliano, siempre estaba rodeado de amigos y mujeres. 
 

 
El zorzal criollo está viviendo un gran momento físico y sentimental, como propietario y como amante, siempre con buen humor, alegría y simpatía, bien peinado, bien afeitado y con fragancia, su elegancia para vestir y actuar marcó una época dorada en Caldas, que lo llevó al éxito personal.

 
 
-- Carlos Gardel viajó por toda América y Europa, donde fue comparado con la imagen latina del actor Italiano Rodolfo Valentino. Gardel y Lepera tienen éxitos apoteósicos en Estados Unidos, Madrid, París y Barcelona, finalmente tendría un trágico desenlace en Medellín.
 

 


-- Por aquel entonces el parque de la Libertad estaba rodeado de cantinas y cabarets.
 
 
En la diecisiete cerca al parque de la Libertad vive Doña Agripina mi madrina, quien tiene una casa grande, con jardines colgantes, terrazas y piscina, en las vacaciones disfruté de sus excentricidades, es tranquila y culta, ha sabido suplir su viudez con el cariño de sus dos hijos y tres nietos.
 
 
 
 
A este parque llegaban en lujosos vehículos, los jóvenes que ostentaban el poder y derrochaban dinero y licor al compás del baile porteño, resaltaba la figura gardeliana de Luis Celis.
 


 
Cantando con su poderosa voz los tangos de sus ídolos Carlos Gardel y Hugo del Carril como Yira Yira, Nostalgias, El día que me quieras, Madame Ivonne y Adiós Muchachos.

 
 
-- En un rincón siempre se ubica Abraham Elías, quien recibe atenciones por cuenta de Luis.

 
 
-- Los viernes acostumbra compartir con su amigo Oscar Agudelo, quien lo visita frecuentemente y cantan en coro “... ensartan corazones, los dejan moribundos, a espejos donde el alma se asoma a coquetear...”. 
 

 
Que tiempos aquellos... cuando Luis era el dueño del universo y no le quedaba grande nada, se reunía con el Alcalde y el Obispo, asistían a cocteles y su nombre se escuchaba en las emisoras, como uno de los notables del pueblo.
 


 
-- Luis María Celis Rey nació en Timanà Huila, desnudo y envuelto en periódicos.

 

 
Llegó a Pereira Caldas, huyendo de la finca de sus padres al Restaurante de la tía Carmen Celis, trabajó en el teatro, se hizo pintor y con su habilidad innata para los negocios obtuvo dinero, talleres, carros, casas, mujeres e hijos. 
 
 
brindamos por la vida 
 
-- Su figura es elegante, su sonrisa es artística, su voz es fuerte, varonil, su mirada es viva y es dueño de una gran habilidad para comunicarse con los demás. 
 

 
Las circunstancias de la vida lo llevaron por tres esquinas de Armenia y luego a Calarcà, en donde cambió uno de los carros por la casa de las Palomas.
 

 
-- Por entonces ya existíamos Fernando, Amanda y yo.
 
 
Esa casa ubicada cerca al Estadio de las Palomas, para mí es un paraíso terrenal, un refugio de amor, todos esos años se convierten en la dicha de vivir rico y afortunado.
 

 
-- Toda mi niñez allí fue preciosa, buena, sana, santa, pura, honesta, obediente e inocente. 
 

 
La casa de las Palomas es grande, esquinera, con teja de barro y zarzos de guadua, en la sala cuelga la lámpara en cristal de lágrimas, a la izquierda se observa el escaparate gris con una bala de revolver incrustada en una de sus puertas, al pie de la ventana está la mesita de dos entrepaños que soporta al radio Phillips, reliquia que junto con los muebles estilo Luis XV se conservan desde los primeros días del matrimonio.
 

 
-- En la parte inferior de la mesita se encuentran los veintiún libros del Tesoro de la Juventud, que Luis le compró a Diego y fueron de nuestra consulta permanente.
 
 
 

 
La casa tiene cinco alcobas y un corredor de gran longitud, con seis repisas, un espejo de cuerpo entero y un zurriado colgando de las paredes, tres ventanas y cinco puertas en madera, una cocina grande con estufas de petróleo y una Alacena de cinco anaqueles con mallas protectoras, al final del corredor se encuentra el lavadero con un tanque inmenso y profundo, un baño pedernal corona de color violeta oscuro y enseguida la ducha amplia, espaciosa, con tejas transparentes que permiten la entrada del sol.
 

 
-- Al fondo se encuentra el patio inmenso, colosal, que ocupa mas de la mitad del área de la casa, en lugar de muros está rodeado de laminas de zinc.
 


 
-- Al lado derecho hay un papayo, al lado izquierdo un guayabo, en medio de los dos árboles se observan violetas y rosas amarillas y rojas.
 

 
En el costado sur del patio catorce Palomas se distribuyen en cinco palomeras de madera, un pato se baña en un pequeño lago artificial, rodeado de dos gallos colorados y cinco gallinas criollas tres de las cuales ponen huevos, en el costado norte se encuentran arrumados dos mil quinientos ladrillos que Luis compró para futuras obras, al frente un pequeño arco de microfùtbol, en una enramada se parquea el vehículo negro Ford 54, también se guardan partes del antiguo taller y una cantina lechera grande.
 

 
-- Contamos con la compañía de Sonia, que es mona, grande, flaca y muy juguetona.
 
 
 
 
 
En la casa vecina viven don Elías Sabogal y doña Ofelia, sus hijos Ever, Wilmar, Zulma y Esther se dispersaron, dejando huellas, por sus actuaciones escandalosas e inesperadas. 
 

 
-- A mediados del año 1965, Luis emigró para la capital por siempre, entonces quedamos en manos de Chilita quien demostró ser recursiva, inteligente y capaz.
 

 
Cecilia es pequeña de estatura, honesta en sus actuaciones, sincera y franca al hablar, su piel es tersa, su cabello corto ondulado, sus ojos son negros con cejas bien pobladas, su mirada es firme con la frente siempre en alto, de finos modales, culta, respetuosa y con una bella caligrafía.

 




E
n el año de 1954 estaba en vigencia la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla, régimen de contrastes que trajo en principio la reconciliación nacional y al final mayores diferencias políticas y sociales. 

 


 
-- Tecnológicamente hubo avances en radio y televisión pero limitó la libertad de expresión.

 


 
Por entonces contaba Luis María Celis con 38 años de edad y Cecilia López Merchàn tenía 30 años. 

 
 
´-- Se habían conocido en el parque de la estación del ferrocarril, cuando Chilita asistía a misa de domingo y Luis fingía leer el periódico.

 

 
Luis Celis le había comprado el Taller automotriz a don Jesús Altamirano, ubicado en la sexta de Pereira, este taller se convirtió en una máquina de hacer dinero y tuvo su época exitosa, adquiriendo casas y vehículos último modelo, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de Caldas. 

 


 
-- En el matrimonio ya existían Diego, Ferney y Lucia.
 
 


 
Vivían con mis tías Celmira, Olga, Claritza, Pola y Nohemy, mi abuelo Abraham Elías López, disfrutaba de las atenciones de ellas, escuchaba música y noticias en el radio Phillips, mientras le preparaban chocolate con arepa.

 



Cesar Gaviria 


Sofi

Olguita

Calarca

Matecaña

Edu

Celis

Restrepo

Goleador

HOTEL TEQUENDAMA


CALARCA




 
 
 
 

Eduardocelis

Celis

NEY









 
 
 


Celis Goleador Bic

1976

 
JANNER
 
MATECAÑA
Compendio de inefables virtudes femeninas
 
 
 MELGAR
 

 
FAMILIA CELIS LOPEZ 



DE PEREIRA 


MAY
 


CHE
 


LA CAPITAL 

 
 
 
 
 

 

 

 

 

GIRARDOT 


LUNA PARK
ALBERTO 

 
 
 
 
 

 


 

 

 

    

 

 

 

 

Bic

  


 

 

 

 

CENTRO

LUCY


Estos versos generaron especial cariño y despertaron su interés ante las relaciones amorosas que Luis le planteó, en la flor de su juventud.


  CHIKITA
 

 

 

 

 

Cecilia siempre se detenía ante esta vitrina, sentía una atracción especial por los relojes y las joyas.



MEDELLIN


Un domingo de diciembre de 1941, al frente de la estación del ferrocarril conocieron al joven Luis, quien frecuentaba el sitio vestido muy elegantemente.

FERNANDO


  Gonzalo es quien asume la responsabilidad económica de la familia





D
espués del nacimiento de Nohemy, mi abuelita María Francisca tuvo que padecer una dura enfermedad



CECILIA






CHILITA ES PEQUEÑA DE ESTATURA HONESTA EN SU FORMA DE ACTUAR, SINCERA Y FRANCA AL HABLAR, SU CABELLO CONTO ONDULADO, SUS CEJAS POBLADAS, SUS OJOS NEGROS CON LA FRENTE SIEMPRE EN ALTO Y CON UNA BELLA CALIGRAFIA





SOACHA




CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


 


 
 
 eduarditocelis en el bic


 
José Eduardo Celis López

 




BIC

1993

1994

1995

1996

1997

COBYNEG

EFECTICONTACT

PEREIRA

JAVERIANA

CAMPEON

MATRIMONIO

1982

FARC

1954

FAMILIA CELIS

BOHEMIA

COLONIA

RAFAEL

BIC

D.T.

PEREIRA

FERNANDO

1991

CALARCA

1985

JOCKEY CLUB

BIPARTIDISMO

COLOMBIA

CHE

SEXTA

CALDAS

1987

BOGOTA

ABOGADO


EDUARDOCELIS

 



EDUARDOCELIS

 



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EDUARDOCELIS

GARDEL
ESCUELA



MAGALY

LUIS

FERCHO

DIEGO

LUCY

FAMILIA

CELIS

PACHO

FUTBOL
QUINDIO

BIC
AMANDA
1991

BIC
1991

 
 
 
 

 
 

DIANI


Fernando se quedó quieto en un rincón
 
 
 




¡Téngale miedo a los vivos! Gritó Luis desde la cama







No es nada dijo Cecilia con voz calmada, no tengas miedo, deje la luz prendida para que no tenga mas ofuscaciones






Eduardo se acurrucó en un rincón de la cama








Un fantasma envuelto en una sábana blanca recorre la casa paterna






En las penumbras estalló una carcajada



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



¡Cuídate mucho, diablo! , no te metas en problemas dijo el menor lacónicamente







Peligrosos por su sagacidad en el manejo de armas







Después de la media noche Eduardo regresó a casa en compañía de los Echeverri







la oportuna intervención de los Echeverri evitaron el ataque en el acto



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Absurdamente Eduardo recibió el ataque feroz de cuatro bandidos







Inesperadamente estuvo en peligro la vida de Eduardo







De inmediato se armó la bronca, se formó una monumental trifulca a un lado de la pista







Carmencita se retiró a su lugar, llevando los nervios de punta, abrumada y ansiosa






Quedando sellado ahí un encuentro casual







Como por instinto Eduardo la besó







Carmencita en un arrebato de pudor le dijo jadeantemente ¡todo lo que quieras pero no me beses!







Repiraban muy cerca, cara a cara







Se encontraban en el centro de la pista de baile, totalmente fundidos




Disfrutando cada instante de este encuentro inesperado



 
Eduardo se animó a bailar tomándola por la cintura fuertemente






CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA EDUARDOCELIS (1970-2020)


 


 
 eduarditocelis en el bic
 

 


 




Cecilia recordó que todo comenzó en Calarcà





Nombre animado Eduardo 12Cincuenta años en Bogotà







Ella instintivamente retrocedió, para volverse a el, presurosa colocándose insinuante







Eduardo se quedó mirando a la mujer de cabellos rizados y caderas protuberantes






Cuando sonaban los aretes que le faltan a la Luna, irrumpió Carmencita, su amiga de infancia que departía muy cerca del mostrador







Eduardo se contagió del ambiente y comenzó a cantar fuertemente, aprovechando el sonido estrambótico de los altoparlantes






Hombres y mujeres gritaban alborozados como si de repente se hubieran acabado los problemas en todo el mundo






La taurina estaba a reventar desde tempranas horas, sus luces y colores daban un aspecto carnavalesco



BOGOTA 50 AÑOS

Nombre animado Eduardo 12







Eduardo degusta el aguardiente néctar y la buena música






Los saludó con una venia y se acomodó en la barra cerca de Fercho






En un rincón se encuentran los Echeverri, famosos por sus intervenciones en asuntos ilegales






Eduardo llegó a la taurina, esa noche el barrio estaba alborotado por las fiestas decembrinas



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS




Fernando armó de nuevo su aposento, después de tomar la cena, se acostó sosegado



 


CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA


 


 
 
 


eduarditocelis en el bic
 
José Eduardo Celis López

 





¡Salud! Asintió Eduardo



Cecilia recuerda que Fernando siempre ha sido muy calmado







No se supo nunca el verdadero origen de su enfermedad
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Los huesos de su cara están forrados por un pellejo curtido por sus treinta años de existencia, de los cuales los últimos quince han sido marcados por una enfermedad sin diagnosticar







En la terraza Fernando hace muecas, producidas por la contracción de los músculos del cuello







A través de la ventana penetran los aires armónicos de la melodía, Edilma está ávida de afecto, candorosa, galanteando abiertamente







Amanda estudió enfermería







Lucia es madre de dos niñas






Eduardo tiene éxito laboralmente






Cecilia se aclimató al frío Bogotano







Eduardo volvió a su cuarto y empinándose observa a través de su ventana a Edilma que animadamente le dedica canciones de amor







Cecilia se esmera por mantener tranquilo a Fernando






Todo parece tranquilo en el Restrepo







Escampó después de las nueve de la noche
 
 
 
 




Este era un momento sosegado y apacible para compartir una bandeja paisa, escuchando a Cecilia recontar historias vividas en su natal Pereira y en su largo peregrinaje por el eje cafetero



CINCUENTA AÑOS EN BOGOTA 1970-2020 EDUARDOCELIS



Fernando comía muy rápido y al tiempo que manducaba los alimentos soltaba cortantes risas nerviosas

CINCUENTA AÑOS E


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